miércoles

La adolescencia y la familia


La Adolescencia, una Etapa de Cambio para toda la Familia

El adolescente, que hasta ahora se ha refugiado en la familia, demanda de los padres una mayor independencia. Es el despertador biológico que marca el paso de niño a adulto, la búsqueda de un lugar personal.

Es un viaje sin retorno que emprenden todos los miembros de la familia. La influencia familiar va disminuyendo y la relación con el grupo de amigos va adquiriendo un papel protagonista.

El adolescente pasa menos tiempo con sus padres y éstos se preocupan cada vez más por sus amistades, por saber en qué gasta el dinero, a qué dedica su tiempo de ocio.

Esta inquietud, que en principio es positiva, no debe convertirse en un exceso de control que coarte el inicio de la autonomía de nuestros hijos, su viaje hacia la madurez.

En esta etapa de evolución y de cambio son frecuentes las reacciones rebeldes, el rechazo a las normas sociales y familiares, la oposición sistemática a todo lo que diga un adulto.

En definitiva, necesitan enfrentarse a sus padres para encontrarse a sí mismos. Sin embargo, todavía no son adultos y en ocasiones los padres y las madres no sabemos cómo actuar ante este cambio que afecta a toda la familia.
Dudamos entre la autoridad y la libertad, entre el control y la autonomía. Es una difícil decisión que se debe basar en la coherencia y en la negociación de normas entre padres e hijos.
Los padres tienen que marcar unas nuevas normas de convivencia ante las nuevas situaciones que plantean los hijos (horarios, salidas, responsabilidades, etc.) que pueden alterar las relaciones familiares.

En ocasiones, tememos no afrontar correctamente las nuevas demandas de independencia de nuestros hijos por miedo a perderlos, y podemos llegar a tomar decisiones equivocadas, bien por exceso de autoridad o por miedo a que nuestros hijos no sean capaces de tomar decisiones responsables (sobreprotectores) o por falta de unas normas familiares que tanto padres como hijos debemos establecer (permisivos).

Es la contienda que se repite generación tras generación: cuál es la hora de regresar, si se puede ir de fin de semana con unos amigos, si se puede quedar en casa en lugar de ir de vacaciones con nosotros, si le dejamos ir de acampada a pesar de las notas que ha traído, etc.

Ante estas situaciones, los padres y las madres debemos valorar en todo momento cuales son las demandas de nuestros hijos y, aplicando las reglas que en su momento hemos acordado, concederles una progresiva autonomía, ya que protegerles en exceso no es la mejor manera de educarles para la vida.

De todas formas, debemos pactar con nuestros hijos este camino hacia la independencia que tiene una doble dirección: los padres, aunque siempre vigilantes, vamos cediendo "cuotas de gobierno" a medida que los hijos nos van demostrando que son capaces de tomar decisiones responsables.

Apuntes para mejorar la relación;

- Hay que ser coherente a la hora de establecer normas: No exijan a su hijo lo que ustedes no cumplen.

- Padre y madre han de formar un equipo. Tras discutir todos los argumentos a favor y en contra de una situación, adoptarán una decisión común. 

- Impliquen a su hijo en la toma de decisiones, de forma que tanto padres como hijos hallen una solución a determindado conflicto en base a unos argumentos dialogados.

- Procuren entender que la oposición o rebeldía de su hijo, e incluso sus errores, forman parte del proceso de avance hacia la vida adulta.
- Cuando se toma una decisión hay que mantenerla porque los hijos necesitan de referencias claras para socializarse.

- Unos buenos padres no son aquellos que imponen siempre su voluntad. 
- Unos buenos padres no son aquellos que no saben poner límites a las peticiones de su hijo.



No Seamos Padres "Light"

Hoy en día, muchos padres y madres vivimos esclavizados por "la tiranía" de los hijos, haciendo todo aquello que ellos quieren sin poner ningún límite a su conducta.

De hecho, hace pocas semanas el Defensor del Menor, Javier Urra, comentaba en referencia a este tema que hoy en día muchos padres podrían ser definidos como padres "light".
Sin embargo, nuestros hijos e hijas necesitan normas y límites claros. Las normas son necesarias para la convivencia familiar y para la posterior integración de los niños en la sociedad, y una vez establecidas deben ser cumplidas, ya que de lo contrario los niños o adolescentes pueden pensar que no tenían verdadera razón de ser.

Además, las normas familiares son útiles para los hijos e hijas porque les sirven de marco de referencia (les dan seguridad), les trasmiten valores, actitudes y códigos de comportamiento, les ayudan a tomar decisiones, les facilitan la socialización, les hacen más autónomos y responsables, y mantienen un clima emocional positivo.

A la hora de establecer límites, los padres debemos tener como criterio establecer unas normas claras, razonables y adecuadas a la edad del niño; evitar ciertas actitudes como pueden ser la sobreprotección, el autoritarismo o la pasividad; en caso de que los hijos sean adolescentes, negociar los límites ayudará a que los jóvenes observen las normas como propias; y por último no debemos olvidar ser coherentes con dichas normas respecto a su cumplimiento, fijando y aplicando refuerzos y sanciones, y siendo nosotros mismos ejemplo de las mismas.

Existen muchas clases de normas en la sociedad, pero las familiares tienen unas características que se concretan en ser:

- Realistas: Posibles de cumplir, ya que pedir imposibles es fomentar la desobediencia.


- Claras: Bien definidas y comprensibles. Si la norma no se entiende o es ambigua, el niño no sabrá dónde está el limite.

- Consistentes: Una vez establecido el límite los padres deben ser firmes respecto a su cumplimiento.

- Coherentes: Las normas deben ser coherentes entre sí y cumplidas por todos los miembros de la familia. Sin embargo, no todas las normas familiares tienen la misma jerarquía, sino que las podemos dividir en tres clases:

- Fundamentales: Se caracterizan por ser pocas, muy claras, de obligado cumplimiento e innegociables. Un ejemplo de esta clase de normas es la postura de los padres respecto a la violencia.

- Importantes:
Se caracterizan por ser pocas, muy claras, matizables en función de determinadas circunstancias, de correcto cumplimiento y admitir cierto margen de negociación. Un ejemplo de esta clase de normas es la hora de llegar a casa.

- Accesorias: Se caracterizan por regular aspectos más circunstanciales, ser de alto valor educativo y socializador y fácilmente negociables. Un ejemplo de estas normas es mantener limpia y ordenada la habitación. Una vez establecidas las normas familiares, los padres debemos tener claro qué vamos a hacer si estas no se cumplen. No debemos defraudar a nuestros hijos e hijas quitando importancia al incumplimiento de una norma. Como hemos comentado, las normas son un marco de referencia para nuestros hijos, por lo que si no se cumplen esperan de nosotros una respuesta correctora y acorde al incumplimiento.

En consecuencia, debemos pedir explicaciones y tomar medidas proporcionales a la norma incumplida. Asimismo, cuando se cumplen las normas debemos premiar dicho comportamiento recurriendo a refuerzos que estimulen dicha conducta. Los padres en estos casos podemos recurrir a refuerzos materiales (regalos) o no materiales, mucho más recomendables (alabanzas, mayor autonomía, etc.).


Aprender Realmente a Escuchar a Nuestros Hijos

Escuchar realmente a nuestros hijos es intentar detectar el sentimiento que se esconde detrás de sus palabras, detrás de lo que dicen y de lo que "no dicen". Es aceptar sus sentimientos (su miedo, su enfado, su inseguridad...) y mostrárselo a través de nuestro tono de voz, de la postura de nuestro cuerpo y de las palabras que utilizamos. Es decir, utilizar el lenguaje de la escucha activa y de la aceptación.

¿Cómo escuchar a nuestro hijo o hija? CON OBSERVACIÓN Cuando escuche a su hijo, esté atento a su rostro y a su lenguaje corporal. Es con el cuerpo, la cara y los gestos, y no tanto con las palabras, como se transmiten los sentimientos.

Frecuentemente su hijo le asegurará que no se siente triste o desilusionado, pero un temblor en el mentón o unos ojos demasiado brillantes le dirán a usted lo contrario. Identifique los sentimientos que hay detrás de las palabras. Identifique el momento en que su hijo desea que le hable y tome parte en la conversación. CON LOS GESTOS Y CON EL CUERPO .

Adopte una postura activa: asentir con la cabeza, brindar una sonrisa, un guiño, una palmada en el hombro o coger la mano de su hijo... Mantenga un contacto visual.

Adopte una expresión facial de atención. CON LAS PALABRAS Utilice un tono de voz y volumen adecuados a la respuesta que usted está dando. Recuerde que su tono de voz envía mensajes de una forma tan clara como sus propias palabras. Asegúrese de que su tono no parezca irónico o el de un sabelotodo. Utilice frases que demuestren su interés y le animen a hablar "Ya veo,...", "Háblame de eso...", "¿De verdad?".

Utilice expresiones que reflejen el sentimiento de su hijo: "Pareces realmente enfadado con Luis", "Se te ve...", "Supongo que te sientes...", "Entiendo que...". Utilice expresiones que resuman, pongan en sus propias palabras los comentarios de su hijo: "Si no te he entendido mal...", "A ver si te he entendido bien, me estás diciendo...". Y Recuerde La comunicación empieza cuando escucha a su hijo y le demuestra que entiende sus sentimientos.

Cuando mira a su hijo, y mantiene una actitud adecuada, le está demostrando que sabe escucharlo. Evite criticar, amenazar, hablar en tono doctoral, interrogar y ridiculizar. El respeto mutuo implica aceptar los sentimientos de su hijo.
Escuchar activamente implica aceptar los sentimientos que su hijo manifiesta y comunicárselo para que se sienta comprendido. Es como ofrecerles un espejo en el que puedan ver mejor lo que les pasa.

Aprenda a dar respuestas que expresen específicamente lo que la otra persona siente y lo que quiere decir. Deje que su hijo piense y aprenda. Resista el impulso de imponer soluciones, aunque esto le cueste un gran esfuerzo.

viernes

El alcohol, la droga mas consumida por la sociedad...

Todavía mucha gente cree que la adiccion al alcohol es un asunto moral o de carácter, algo que tiene que ver con depravados o con gente sin fuerza de voluntad.
Frecuentemente se cree, de manera errónea, que los adictos al alcohol/Alcohólicos serían capaces de dejar de beber si estuvieran dispuestos a cambiar su conducta. La realidad es que sin la ayuda de especialistas es bastante difícil salir del alcoholismo, la intervención en centros de desintoxicación de alcohólicos mejora notablemente las posibilidades de éxito.

Adicción Alcohol (Alcoholismo).


Por otro lado, muchos creen erróneamente que la adicción al alcohol (alcoholismo) es simplemente un consumo demasiado alto de alcohol, y el alcohólico es adicto simplemente porque ha decidido beber demasiado.
Pero científicos, médicos y psicólogos coinciden de manera contundente en diferenciar el abuso alcohol de la adicción al alcohol.
Las investigaciones demuestran que la adicción, al contrario que el uso o incluso el abuso de alcohol, no es un problema de libre decisión.
La adicción comienza cuando hay un abuso de las bebidas alcohólicas, es decir, cuando el consumidor “decide” conscientemente tomar alcohol de manera repetida y habitual. Esto implica introducirse, en un proceso cualitativa y cuantitativamente diferente, de consumo compulsivo de alcohol y de daño en el tejido cerebral del adicto.

Mientras que el uso y el abuso de alcohol implican un comportamiento sobre el que el individuo ejerce un cierto control, la adicción es algo diferente. Hoy se empieza a entender por qué los alcohólicos pueden sacrificar todo lo que es importante en su vida –sus trabajos, sus familias, sus casas- en la búsqueda y consumo de alcohol. Y se empieza a entender que la adicción al alcohol es un problema de salud pública que afecta a mucha gente y que tiene consecuencias en amplios sectores sociales.

La adicción al alcohol no es sólo un trastorno psicológico ni sólo orgánico, aunque pueda relacionarse también con determinados factores psicosociales.
Esto significa que no puede ser tratada sólo por un tipo de especialista. Tampoco es un problema moral, y por tanto acudir a una iglesia solo puede ayudar para advertir al adicto (alcohólico) que busque ayuda, pero no solo ayuda divina Decirle a un adicto (alcohólico) que el alcoholismo está solo relacionado con el carácter, con problemas emocionales o con dificultades en su familia es erróneo e insuficiente.
Hoy en día se sabe que no existe una personalidad adictiva. Por otro lado, aunque un alto porcentaje de adictos al alcohol (alcohólicos) tienen una predisposición genética a esta enfermedad, la predisposición genética puede ser superada y no es razón fundamental por la que se constituye en adicto al alcohol. En definitiva, La genética es un factor de riesgo, pero no es un destino.

Efectos de la Adicción al Alcohol en los Alcohólicos.
Los efectos físicos a largo plazo son:

• Pancreatitis o inflamación del páncreas.
• Enfermedades del corazón, entre ellas enfermedad coronaria.
• Neuropatías o daños en los nervios.
• Varices sangrantes en el esófago, o venas dilatadas en el tubo que conecta la traquea y el estómago.
• Degeneración cerebral y neuropatía alcohólica.
• Cirrosis del hígado, una enfermedad crónica que causa la destrucción de las células y la pérdida de la función del hígado.
• Presión sanguínea alta.
• Incremento de la incidencia de muchos tipos de cáncer, entre ellos el de mama.
• Deficiencias nutricionales.

Los problemas de salud mental también son comunes cuando hay alcoholismo, con el riesgo de que un trastorno mental puede conducir o reforzar a otro diferente.

La depresión es una causa frecuente de alcoholismo, ya que una persona deprimida busca la manera de salir de sus problemas o un alivio a su insomnio. Desafortunadamente, el propio alcohol tiene efectos depresores, por lo que el problema, lejos de disminuir, se complica.
Otros trastornos psíquicos producto de la adicción al alcohol son:

• Síndrome de Wernicke-Korsakoff's, un desorden neuropsiquiátrico causado por la deficiencia de tiamina, como consecuencia de las carencias nutricionales en alcohólicos.
• Deterioro de la memoria.
• Déficit de atención

Por ultimo, la dependencia del alcohol produce entre otras cosas, daños significativos en otros ámbitos de la vida como el ocupacional, social e interpersonal (con, por ejemplo, disfunción sexual).

LA JUVENTUD
DEL ‘BOTELLÓN’

UN nuevo fenómeno se ha incorporado a la cultura urbana: “El botellón”. Parques y plazas de ciudades y pueblos de la geografía española se abarrotan los fines de semana de jóvenes en busca de diversión, alcohol y música. Muchos ven en el botellón una nueva forma de rebeldía social propia del siglo XXI; mientras que otras voces –vecinos, autoridades, padres...– manifiestan su preocupación y abogan por su prohibición y la búsqueda de otras formas de ocio.




Cada fin de semana más de medio millón de jóvenes cargados de alcohol se apostan en calles y plazas para hacer botellón. Un fenómeno que no es nuevo, pero que recobra interés por la extensión de los macrobotellones, citas masivas para beber organizadas por Internet (conocidas como “webs fiesteras”) o por móvil. Según un estudio del Instituto de la Juventud sobre el ocio juvenil, esta cifra significa que lo practican seis de cada 100 españoles de entre 15 y 29 años.
Lo que más preocupa a las autoridades sanitarias es que el segmento más habituado al botellón es el de los menores de 18 años de ambos sexos: casi la mitad de los jóvenes de esas edades que consumen alcohol lo hacen en la calle. Un estudio de Socidrogalcohol –la sociedad de profesionales que trabajan en adicciones– revela que botelloneros no son marginales.
La mayoría vive en casa de sus padres, estudia en el instituto o la universidad y sus calificaciones son aceptables.
Entre los motivos para salir de marcha, casi un tercio piensa que beber alcohol o hacer botellón es una razón bastante o muy importante. Así lo sostienen 1,7 millones de jóvenes, según la estimación del estudio Jóvenes Españoles 2005, de la Fundación Santa María. A juicio del Instituto de la Juventud, esta actividad es menos habitual en el ocio de los jóvenes que ir de bares (lo hace un 72% de todos los que salen de noche), ir a bailar (57,4%), ir al cine (48,4%), a restaurantes (32,2%) o ir a casa de los amigos (38,21%). En la franja de edad de 14 a 18 años, sin embargo, las cifras aumentan: casi la mitad (un 47,5%) reconoce que bebe alcohol en calles o parques, según la Encuesta Escolar del Plan Nacional sobre Drogas (PND) de 2004.

Barato y de calidad.

Las razones que aducen los jóvenes que practican el botellón –pertenecientes a todas las clases sociales– son, sobre todo, de carácter económico: por el mismo dinero pueden beber mucho más y controlar la calidad de lo que están tomando. Lo viven como un castigo a los locales que dan garrafón –copas con alcohol adulterado de baja calidad– y lo relacionan con socialización: estar con amigos, escuchar música, ligar, bailar, etc. Depende de la localidad, pero, en Madrid cada menor gasta entre tres y cinco euros en alcohol para pasar toda la noche, mientras una única copa en un bar cuesta entre seis y diez euros. “Lo que hay que hacer es una huelga de bares... Si nadie bebe, veréis como abaratan las copas...", propone Gilly en el foro de www.macrobotellon. com, que confiesa estar “tumbada” a la quinta copa. Su comentario podría también colgar de la web www.tioquepedo. com, cuyo saludable lema es “Entre copa y copa, un cubata”.


Se estima que el botellón dura una media de cuatro horas y en su transcurso los botelleros consumen sobre todo combinados (licor de alta graduación con refresco), calimocho (mezcla de vino con coca- cola) y cerveza. Hasta la una de la madrugada ocupan los parques y plazas los menores de 18 años y a esa hora se unen a la fiesta los de 18 a 20 años. Una hora más tarde llegan los mayores de 20 y los más jóvenes regresan a sus casas.
El repetir la ceremonia alcohólica un fin de semana tras otro, explica que los menores calculen con tanto ojo. Para un total desparrame necesitan tres litros por persona de cerveza o calimocho, y si lo que se estila es el whisky, ron o ginebra, una botella y dos litros de refresco para cada dos o tres. De esta manera, el cubata de supermercado sale a euro; y la caña, a 25 céntimos, amén del hielo comprado en la gasolinera y los vasos de plástico.

Los datos espeluznan. El resultado es una intoxicación aguda por alcohol. La embriaguez produce sobre todo un efecto depresivo sobre el sistema nervioso y, por consiguiente, sobre la corteza cerebral. El alcohol es una droga que no se elimina por el sudor ni por el aliento, así que el hígado tiene que metabolizar toda la sustancia. Se encharca en el cerebro y causa males que se dan a los 20 minutos de la primera copa: intoxicación alcohólica, lesiones hepáticas, pérdida de memoria, problemas en la percepción y pérdida de reflejos.



Graves consecuencias.
Si un chico bebe seis cubatas en cuatro horas –un acto muy habitual– lleva en sangre 120 gramos de alcohol, lo que se traduce en una alcoholemia de entre 1,5 y 2 gramos en el hombre y en la mujer de más de 2 gramos. Un estado muy peligroso si maneja su coche: el límite para poder conducir es de 0,5 gramos y para conductores novatos, 0,3; y a partir de los 3 gramos hay riesgo de coma etílico.Las mayores perjudicadas son las mujeres y los bebedores por debajo de los 14 ó 15 años. Ellas por culpa de su constitución: pesan menos y tienen más grasa corporal, un tipo de tejido en el que el alcohol no penetra, por lo que se concentra y tarda en eliminarse. Y en los adolescentes, con un sistema nervioso más inmaduro, resulta más nocivo y entraña un riesgo de adicción mayor. Por eso las autoridades tratan de retrasar la edad para empezar a beber por encima de los 20 años. Pero es un círculo vicioso: los jóvenes asimilan que para hacer amigos, no hay otro camino que tomarse unas copas y cada vez necesitan más alcohol para pasarlo bien.
Las psicosis asociadas al consumo de drogas han aumentado en los últimos diez años, según fuentes de Sanidad

El Ministerio impulsa un nuevo plan para luchar contra el consumo de estas sustancias.Fecha de publicación: 26 de marzo de 2005
Entre 1993 y 2002 los ingresos hospitalarios por psicosis provocadas por el consumo de drogas, incluido alcohol, aumentaron un 103%. Si se resta a la cifra las hospitalizaciones por drogas "ilegales", pero excluyendo al alcohol, la subida se eleva a un 420%.
Los porcentajes, aún siendo muy significativos, marcan una tendencia clara, que es una mayor utilización de las drogas aunque las cifras que estén detrás de ellos sean relativas.
Así, el porcentaje del 420% se referiría a 383 pacientes en 1993 frente a 2.000 en 2002, mientras que el del 103% respondería a un total de 2.726 hospitalizaciones hace tres años. "No es similar a la época de la heroína a principios de los ochenta, pero es igualmente preocupante", dice Fernando Lamata, secretario general del Ministerio de Sanidad
Lamata tiene claro que estas cantidades marcan una tendencia, que "es lo que nos preocupa". Lo mismo ocurre con las cifras de altas hospitalarias por consumo de drogas, que pasan de 22.209 en 1993 a 26.007 en 2002. "Son cifras infravaloradas, creemos que todavía son mayores", cree Lamata, porque quedan por analizar los informes de la asistencia ambulatoria.
Estos hechos, a los que se suman las cifras que dan los estudios del cada vez mayor consumo de drogas entre los jóvenes, han llevado al Ministerio a modificar la política contra las drogas. Desde Sanidad se está impulsando un nuevo plan estratégico. En su desarrollo se sigue apostando por la prevención, pero también por la colaboración con los hosteleros y los propietarios de espacio de ocio de fin de semana donde se concentran los jóvenes. El Ministerio, según Lamata, negociará con las asociaciones de hosteleros para lograr su colaboración en el desarrollo de inspecciones y en impedir la venta de drogas en el interior de sus establecimientos.
Igualmente, el Ministerio de Sanidad quiere que las Fuerzas de Seguridad del Estado presten mayor atención al tráfico de drogas a pequeña escala. "Tenemos que priorizar acciones ejemplarizantes o lo que se demuestre que es esencial, como la continuidad de las medidas", declara el secretario general del Ministerio.
Otro de los elementos en los que se sostiene el nuevo plan contra las drogas es la información. "Está llegando de forma muy desigual, se trata de que exista un nivel de información sobre drogas suficiente en padres y familias con hijos por encima de diez años". Para ello, el Ministerio ha cerrado acuerdos con la Asociación de Editores de Diarios Españoles, productores televisivos y directores de programas radiofónicos, entre otros, para "evitar mensajes negativos en los medios".
Estas políticas, que intentan reducir las prevalencias de consumo, tendrán apoyo también en las redes educativa y sanitaria, todo ello en coordinación con las comunidades autónomas. "No queremos duplicar las acciones de los gobiernos autonómicos", sino apoyarlas,. La misión de la asistencia primaria de la red sanitaria será determinar "la población diana" de 10 a 18 años que puede estar en situación de riesgo, para así hacer un seguimiento continuo.

jueves

Drogas y delincuencia, Reflexión...

Drogas y delincuencia


Muchas veces se unen los conceptos de drogas y delincuencia. Efectivamente el consumo de drogas está prohibido, por lo tanto venderlas es ilegal, está penado, pero además muchas veces se considera a los drogadictos mala gente, delincuentes; pero la realidad está en la otra punta, podrían ser familiares nuestros, amigos de toda la vida… a casi cualquier persona le puede suceder, caer en el mundo de la adicción es un problema muy grave.


A los drogadictos ciertas personas les consideran delincuentes, esto no es así, existen drogadictos de todos los tipos, malas personas y buenas personas, pero cuando la adicción es muy fuerte un drogadicto pasa puertas por las que nunca habría imaginado iba a pasar.
Si alguien está muy enganchado a una droga como la cocaína o la heroína hay momentos en los que hará cualquier cosa por conseguir una dosis… robar, golpear… o cosas peores.

Sin ir muy lejos muchos jóvenes que consumen porros de hachís o marihuana roban a sus padres para poder pillar algo de droga.



Lo mejor es evitar el consumo, aunque muchos no puedan o no quieran. Consumiendo drogas estamos ayudando a mafias a aumentar su poder económico, el narcotráfico se entremezcla con otros negocios turvios como el blanqueo de dinero, terrorismo.. Si se legalizaran las drogas se eliminaría el problema de las mafias vale, pero aparecerian nuevos problemas, y no voy a hablar de ello en este post.

Reflexión...

¿Conoce las relaciones de sus hijos y sabe cómo distribuyen su tiempo?


¿Sus hijos tienen asignaciones económicas ajustadas a su edad, a su disponibilidad económica y a las actividades que realiza?

¿Sus hijos tienen un horario adecuado a su edad?

¿Sus hijos pasan mucho tiempo solos?¿Tiene conocimiento de sus actividades en ese tiempo a través de ellos?

¿Habla a menudo con sus hijos? ¿De qué habla?

¿Es usted un buen modelo para sus hijos? ¿Tiene comportamientos coherentes en materia de salud y drogas?






Testimonios...



Seguro que ya dispones de bastante información sobre los efectos que generan las drogas, pero, quizás, no conoces tan bien el proceso de adicción que sigue cada persona en particular.

A continuación, vamos a exponer algunos testimonios, los cuáles reflejan por parte de sus autores una vivencia negativa hacia la droga en cuestión. Naturalmente, existirán también testimonios de personas que cuenten las bondades y beneficios de consumir, pero como presuponemos que ya has tenido acceso a estas versiones a través de tus amigos o compañeros de clase, hemos creido conveniente presentarte estos otros para que puedas tener una visión más global.
En ningún caso, estos testimonios deberían considerarse evidencias científicas, ni ser generalizables a otras personas.


Es decir, que puede que tu nunca llegues a estos extremos, pero también puede que llegues y no logres salir. La decisión está en tu mano.


"Yo controlo". Esta es la famosa frase, la frase que tantas y tantas veces hemos dicho, yo no me engancharé, yo se de qué va esto, se hasta donde puedo llegar, a mi nunca me ocurrirá lo que a fulanito o a menganito, NUNCA. Bueno, pues eso también lo pensaba yo, empiezas con unas invitaciones, luego ya te juntas con alguien y empiezas a pillar medio gramo, pero el círculo se va ampliando y de ponerte en alguna fiesta "muy especial" pasas a contruir fiestas y eventos todos los fines de semana por el simple hecho de que quieres volver a ponerte. Pasan, en muchos casos unos meses, en otros años. Fuí consumidora de cocaína durante 12 años y claro, YO TAMBIEN CONTROLABA. MENTIRA, esto no se controla, después de 12 años de consumo, al principio esporádicamente y poca cantidad, al final caían los gramos como la nieve en la sierra, a puñados, terminas queriendo morir. A día de hoy, después de más de 8 años limpia, puedo decir que se destruyó un matrimonio, una familia, muchas amistades, y mucha salud, pero hay formas de salir, hay especialistas, está la familia y sobre todo la fuerza de voluntad de cada uno. Sólo digo una cosa, cuando se deja, la vida vale más, las pequeñas cosas valen más y tú mismo vales más, pero cuesta tanto dejarlo........, que nadie se engañe, esto mata, pero no sólo a la persona sino a todo lo que le rodea."
Un saludo.R.M.Z.

"Empecé a fumar cannabis con 14 años, sólo lo hacía de vez en cuando y siempre en compañía. Nos reuníamos todos, supuestamente, para jugar a las cartas, pero en realidad lo que nos llevaba allí eran las ganas de fumar. Aunque esto lo veo claro ahora, porque antes creía que controlaba. Me encantaba esa sensación de pasarnos el porro, me hacía sentir muy unido a mi gente. Años después, comencé a fumar a diario, sólo por las noches, para acabar, más tarde, fumando entre seis y ocho canutos diarios. Se que muchos pensareis que no es tan grave, que los porros no tienen tantos efectos perjudiciales como otras drogas, y puede que así sea, (aunque hay informaciones muy dispares al respecto), pero lo peor es verte convertido en su esclavo. Yo no concibo la vida sin cannabis, no se estar en mi casa sin fumar, ni tampoco en la calle. Algunas novias que he tenido se han acabado cansando de mi apatía, de verme siempre tirado en el sofá, metido en mi mundo, porque en ese momento me apetecía más eso que salir a cenar con ellas. He pasado largas temporadas desconectado del planeta, fumado, metido en mi casa y sin llamar a nadie, porque nada me motivaba más, ni ver a mi gente, ni cualquier plan, que estar fumado. Es verdad que no todo el mundo acaba así, hay quien puede ser más moderado, pero hay otros muchos, como yo, que no sabemos, no queremos o no podemos. Espero que este no sea nunca tu caso. No banalices la adicción psicológica al cannabis, puede ser igual o más fuerte que la de drogas aparentemente más peligrosas."
C.


"La triste realidad es que era demasiado joven y me dejé llevar por las circunstancias y por qué no decirlo, por los amigos… A mis 17 años me veía allí plantada, inclinada sobre la mesa mirando aquel polvo blanco, "accedí a la invitación y esnifé mi primera raya de coca en aquella larga noche donde caerían los gramos a pares. Fue el principio de los 5 años que duró mi pesadilla, presa de mis mentiras, de robos de dinero en casa, de días sin aparecer ni dar señales de vida, de abandonar mis estudios, la culpable de los llantos y las penas de mis padres… Una agonía que mata en vida, pero es tu vida hasta que no decides lo contrario y quieres cambiarla.Desear morir y morirte es lo mejor que te deseas cuando estás enganchado a la cocaína, no se puede vivir sin ella. ¿Alguien se imagina poder vivir sin aire? Los ataques de ansiedad te oprimen el pecho cuando te terminas la última bolsa, ya no hay más dinero pero necesitas más y más y más… Te desesperas, el corazón late con una fuerza descomunal, la nariz llena de sangre y heridas producidas por los cortes que genera la coca al esnifarla, no comes, no duermes, la depresión es tu pan de cada día… En el infierno se puede estar mucho mejor, creedme. Ahora tengo 24 años, mi existir en este mundo ha cambiado desde que afronté mi enfermedad y abrí los ojos. Busqué el apoyo de mis familiares y ayuda en un CAD, junto con todos ellos y mis ganas de superación hoy puedo gritar que: SOY EX-COCAINÓMANA!!! Llevo 2 años y medio sin consumir y así me mantendré hasta el día que me muera porque mi vida vale más que ese maldito polvo blanco!!!"
Mª José C.


"Soy una chica de 20 años enganchada al cannabis. Nunca pensé que llegaría a esto. Al principio no le ves el riesgo, porque sólo consumes de vez en cuando. Lo peligroso es cuando recurres al cannabis para conseguir algo determinado. En mi caso es para relajarme. Al principio fumaba con amigos y nunca en mi casa, pero derrepente un día tuve un problema, que me puso muy nerviosa y decidí fumarme un canuto para relajarme. Esto es muy tentador, porque es más fácil fumarte un porro que aprender a relajarte, sobre todo para mí que soy muy nerviosa. Así que, a partir de ahí, cada vez que estaba nerviosa o que había pasado algo durante el día que no me había gustado, fumaba. Ahora me arrepiento, porque no se relajarme sin fumar y esto me hace sentir fatal. Tendría que haber probado otras vías, como el yoga, la relajación o haberlo consultado con un psicólogo, pero preferí optar por la vía fácil y ahora estoy pagando las consecuencias."
E.C.H.


"Tengo 24 años y de vez en cuando consumo cocaína y pastillas. Lo cierto es que me lo paso mejor, bueno, mejor dicho, pienso que me lo voy a pasar mejor, pero, en realidad, si lo analizo, no es así. El problema es que no tengo límite, cuando salgo, salgo hasta las mil, cuando practico deporte, lo hago hasta quedar reventado y cuando salgo, me pongo hasta que se acaba toda la bolsa. Luego, no puedo ni hablar, y menos aún, ligar, porque menudo susto se llevaría cualquier tía de verme en ese estado. Lo único que hago es bailar desenfrenadamente hasta que cierran. Cuando llego a mi casa, me siento mal, pienso que si mis padres lo supieran se sentirían poco orgullosos de mí. Me planteo que el próximo fin de semana ya no me voy a poner más, pero cuando llega, nos reunimos los colegas y volvemos a pillar. Pienso que no estoy muy enganchado, pero reconozco que a veces me da miedo que este círculo no se rompa nunca. En fin, yo no os voy a decir lo que debeis hacer, pero si pudiera volver atrás creo que no la probaría, para así evitarme estos quebraderos de cabeza."
Suerte a todos,
M.


"Hola, me llamo Eva y tengo 22 años. Probé la cocaína con 18 años por dos razones: por curiosidad y para que mi novio de aquel entonces me considerase "enrollada". Vaya falta de personalidad, pensareis,... pues sí. Ahora me doy cuenta de que a veces resultas más interesante cuando tienes tus ideas claras y tu propio criterio, pero en esos tiempos era una niñata. Nunca llegué a pasar de dos o tres rayas por noche, porque nunca me ha gustado perder los papeles, sin embargo, cada vez que salía me apetecía y, entonces, me empecé a asustar. No quería tener esa atadura, quería poder salir sin pillar, recuperar el control de la situación, así que me lo propuse y lo conseguí. Mi ex-novio, sin embargo, está super enganchado y sus colegas también. Alguna vez me los he encontrado y dan un poco de pena. Lo que antes me parecía interesante de él, ahora me parece inmaduro. Y, sinceramente, le auguro un final un poco trágico, porque no ha querido estudiar, se dedica a pasar coca y pastillas y como gana dinero no tiene ninguna otra aspiración.Yo creo que no a todo el mundo le afecta la droga de la misma manera, unos acaban enganchados y otros se dan cuenta a tiempo y ponen el freno, pero lo que está claro es que entrar en este mundo es andar sobre arenas movedizas, porque no sabes en qué grupo vas a estar tú...y te aseguro que todo el mundo piensa que está en el segundo, (incluído mi ex-novio).
Eva.


"Hola, soy la madre, de un drogadicto, bueno, si no dispone de coca, bebe, y si no, no se, se les llama POLIDROGODEPENDIENTES, es como le llaman los entendidos. En un primer momento, me sentí fracasada, como madre, por no haber sabido a tiempo, o por la inutilidad de mis acciones, de mis continuas conversaciones, que a fin de cuentas, resultaban inútiles, yo, no conocía ese mundo, no he tenido contacto con las drogas nunca, desconocía totalmente el tema...pero con los años, me he tenido que convertir, en una especie de libro andante, recogiendo información, aprendiendome los efectos, y las pautas que tienen todos los drogadictos, intentar asumir, y sobre todo, poder decir sin culparme, "que mi hijo es drogodependiente", es algo, que cuesta mucho decir, al principio, por verguenza, por que cuando desconocemos el tema creemos que eso... solo pasa en hogares desestructurados y de gente de mala vida, pero me di cuenta, de que no es cierto, de que éste problema está pasando, en familias llamadas, "normales", y de todos los estratos sociales.
Pero con el tiempo, aprendes a decirlo, "mi hijo consume drogas", aunque resulta muy duro; Hasta que comprendes, y aprendes, que no es mas que una persona enferma, y que si el, ó ella, no decide salir por propia voluntad, la familia, no puede hacer nada, solo ver, y sufrir, la degradación y la agonía, que lentamente se va produciendo en ésta persona, que no es mas, que aquel niño/a, que un dia "paristes sano" y que cuidastes con todo tu cariño.
Hoy en día, y sin saber si cumplirá un año mas, veo que sigue en la etapa de la negación, para el, puede controlar, y no es así...como dicen en la pagina, solo soy espectadora de un suicidio muy lento y muy doloroso.
En la teoría, los hijos deben de sobrevivir a sus padres, pero hoy, es tan solo una teoría incierta.
No se, si tu, que me lees, tienes ese problema, espero que veas en mi, a tu propia madre.
Como madre, solo os digo, que nunca dejeis la droga, por nadie. DEBEIS DE DEJAR LAS DROGAS, POR VOSOTROS MISMOS, POR VUESTRA AUTOESTIMA, Y POR QUE SOIS PERSONAS CON UN INMENSO VALOR, PARA VUESTRA FAMILIA, Y AMIGOS QUE OS QUIEREN, Y AÚN MAS POTENCIÁL COMO CIUDADANOS Y FUTUROS PADRES; QUE EN UN MOMENTO DE VUESTRA VIDA, OS EQUIVOCASTEIS DE CAMINO, SOLO TIENEIS QUE CORREGIR, Y AUNQUE NO ES EL CAMINO FÁCIL, ES EL QUE DEBEIS TOMAR.
RECUPERAD VUESTRA VIDA ¡!!.
(R.R)

Déjame que te cuente algo sobre... los Porros












El hecho de que el hachís se saque de una planta, no significa que no contenga sustancias tóxicas, también la heroína y la cocaína se sacan de una planta y no por eso dejan de contener sustancias tóxicas que afectan al cerebro, es decir, que alteran la función normal del cerebro y por lo tanto pueden dañar la salud.















Toda la planta, incluso sus raíces, está cubierta de unos pequeños “pelillos” o filamentos, aunque la mayor cantidad de ellos se encuentra en las flores y en las hojas superiores de la planta. Estos “pelillos” producen una resina marrónpegajosa que se almacena en las flores de la planta hembra.
Cuando a la planta le salen las flores, éstas se recogen y se aplastan y se forma con ellas una pasta de color marrón (por eso se le llama “mierda”) que se prensa en formas de tabletas (por eso también se le llama “chocolate”). Así se saca el hachís. Las tabletas a su vez se dividen en trocitos para su venta (“chinas”)


En Europa se consume sobre todo el hachís. Se fuma mezclado con tabaco.
De la planta se extrae también la marihuana (en argot también se llama “hierba” o “María”). Se elabora a partir de las flores, hojas y tallos pequeños de la planta, que se trituran y se dejan secar al sol. Se consume de esta manera sobre todo en América. Se fuma sola o mezclada con tabaco rubio.



Bueno... no se trata de comparar el hachís con la cocaína o la heroína, si es mejor o peor, hace más o menos daño, es más o menos peligrosa... me gustaría hoy que habláramos sobre el hachís que es para lo que me habéis llamado ¿no? Y otro día si queréis hablamos de las otras sustancias.





















Se llama “principio psicoactivo” de una droga... o si preferís, para simplificar, “principio activo”, a los componentes químicos que producen los efectos que se notan después de haberla tomado, es decir, los compuestos químicos de la planta que tienen la capacidad de modificar el funcionamiento normal y habitual de las neuronas de nuestro cerebro.


Todas la drogas, incluido el hachís, tienen en común que cuando son introducidas en nuestro cuerpo, llegan al cerebro a través de la sangre produciendo entonces los efectos que provocan.




















Como os estaba diciendo, en la planta del Cannabis hay más de 60 “principios activos” o cannabinoides. Los principales cannabinoides son cuatro y el más importante de ellos, el más potente, el principal responsable de los efectos que produce el cannabis, es el delta-9- THC o si preferís... ¡total ya puestos a decir palabras raras!..... “treta- hidro cannabinol”.


Tanto la planta femenina como la masculina contienen THC, en realidad se encuentra en todas las partes de la planta, menos en las semillas y el efecto que produzca, tanto la marihuana como el hachís, va a depender de la cantidad y la potencia del THC que contenga.



Es cierto que, en general, se considera que un consumo ocasional no resulta más peligroso que otras drogas que están aceptadas como son el tabaco y el alcohol, pero tampoco se puede decir que el hachís es una droga que no tiene ningún peligro, que se puede fumar todo lo que se quiera y que no hace daño a la salud... no se puede ir de un extremo a otro.


















Como cualquier tóxico, su uso continuado no es inofensivo. Las investigaciones ya indican algunos efectos psicológicos negativos aunque se fume de vez en cuando y el uso prolongado a largo plazo puede causar daños orgánicos permanentes al cerebro. También hay que tener en cuenta la poca cantidad de producto activo (THC) que lleva el hachís que normalmente se vende en la calle y la cantidad de añadidos perjudiciales que le ponen.

La propia sustancia ya suele venir en condiciones poco higiénicas y con multitud de sustancias contaminantes desde el país de origen. Suele estar adulterado para ocultar la poca cantidad de resina de Cannabis que tiene y sacar mayor beneficio en su venta. Solo suele ser hachís una cuarta parte o menos. Se mezcla con cualquier sustancia para “dar el pego” a la persona que lo va a comprar, que piensa que está comprando una cantidad de hachís y lo que en realidad está comprando es un poquito de hachís mezclado con estiércol, alquitranes, clara de huevo, leche condensada, hena para el pelo.
Para adulterarlo y ampliar su volumen y su peso se emplea cualquier sustancia que vaya bien con su aspecto y su consistencia.

Información recogida de la pagina: http://www.lasdrogas.info/

Falsas creencias sobre las DROGAS...

El consumo de drogas se puede controlar...

Actualmente, hay un debate acerca de si se puede hablar de la existencia de un consumo responsable.


Es una cuestión difícil de contestar, pues, para ello, los profesionales de la salud tendrían que definir exactamente el concepto de responsabilidad en el consumo de cada una de las drogas, mientras que muchos de ellos opinan que hablar de consumo y responsabilidad en relación a algunas drogas es una contradicción.

En lo que si parece haber un acuerdo es en que la falsa percepción de control responde a un mecanismo de defensa, llamado "negación", que permite al adicto seguir con su consumo. Es una característica que aparece en la mayoría de las personas durante todo el proceso de adicción, permaneciendo, incluso, en situaciones donde el consumo ha invalidado varias áreas de su vida (trabajo, relaciones, actividades de ocio...).
Por lo que el hecho de que un adicto sea consciente de que tiene un problema se considera un elemento clave para su recuperación.

Por otro lado, no todo el mundo tiene el mismo nivel de autocontrol y autocrítica, factores que ayudan a identificar cuando el consumo está empezando a convertirse en abusivo y, por lo tanto, a combatir, a su vez, este mecanismo de negación.

Dejar las drogas no es tan difícil...


Depende del estadío en el que te encuentres (uso, abuso o dependencia). Las personas que consumen ocasionalmente lo tendrán más fácil, mientras que las que presentan un abuso o dependencia lo pueden tener francamente difícil.

Lo verdaderamente arriesgado es que el consumo se haya convertido en un hábito o en un instrumento para alcanzar un fin determinado. 
Por ejemplo: "cada vez que salgo de marcha, me tengo que poner, porque si no, no me lo paso igual de bien." El peligro de los hábitos es que sientan las bases de la dependencia psicológica.

El problema de dejar las drogas tiene más que ver con la dependencia física que con la psicológica

A veces, se infravalora el poder que tiene la dependencia psicológica, creyendo erróneamente que lo físico u orgánico influye más a la hora de poder mantener la abstinencia. Es cierto, que en determinados síndromes de abstinencia la presencia de síntomas físicos es fuerte, como pueden ser los casos de la heroína, el alcohol... Sin embargo, la mayoría de éstos duran poco tiempo manteniéndose las ganas de consumir (craving) en el largo plazo, a pesar de que ya no queden restos de droga en el organismo de la persona. Pongamos como ejemplo el tabaco.

 La nicotina, que es la sustancia que causa la dependencia física, tarda en eliminarse días, mientras que los ex-fumadores siguen sintiendo las ganas de fumar meses e, incluso, años después.
Esto se debe a la dependencia psicológica, a que se ha instaurado un hábito durante largo tiempo, que es difícil de modificar.

No poder dejar las drogas responde únicamente a un fallo en la fuerza de voluntad

Algunos científicos han hallado alteraciones en las regiones cerebrales responsables de la voluntad y el autocontrol de las personas con un historial de adicción. Es difícil saber si estas alteraciones eran previas o posteriores a la o las adicciones.


Al margen de estas investigaciones, no hay que olvidar que es frecuente que las adicciones coexistan, es decir, ocurran simultáneamente, con otros trastornos, convirtiendo la solución a este problema en algo bastante más complejo que la fuerza de voluntad. Es lo que se denominan "patologías duales".


Lo que sí es claro, es que tiene que existir un deseo, una motivación para abandonar el consumo, esto es imprescindible para que el tratamiento de la adicción sea exitoso.

Una droga produce los mismos efectos en todas las personas...
El efecto que va a tener cada droga en una persona determinada está en función de: las propiedades de la droga en cuestión, las características de la persona y el contexto o situación en que se consume.


Los tres factores combinados hacen que cada persona reaccione de manera distinta a las diferentes drogas. Algunas personas, en función de esta reacción y de sus características personales, serán más proclives a hacerse dependientes.

El consumo de drogas afecta sólo a los jóvenes...


Según datos de la Encuesta Domiciliaria sobre Drogas en España (EDADES) realizada por la Delegación del Gobierno del PNSD, Informe 2004. Observatorio Español sobre Drogas (OED), en el año 2003 la población que entra dentro del rango de edad de entre 15 y 34 años de hombres se sitúa en 3.247, la de mujeres en 3.004, mientras que los hombres de entre 35 y 64 son 2.572 y las mujeres 3.210.


Lo que indican algunos estudios es que el cerebro de los adolescentes que empiezan a consumir es más vulnerable a la adicción que el de los adultos.


Las drogas producen placer...

No cabe duda de que, en general, producen placer, si no la gente no las consumiría. No obstante, es preciso matizar una serie de cuestiones.


1-En primer lugar, no a todo el mundo le sienta de la misma manera una droga determinada, dándose casos en los que algunas personas experimentan sensaciones de malestar al probarla.

 A una persona nerviosa le pueden sentar mal las drogas estimulantes como la cocaína o las anfetaminas, ya que incrementan el estado de ansiedad base de la persona. De igual forma, es sobradamente conocido el "mal viaje" que sufren otros con drogas alucinógenas como el LSD o las setas, o las personas que se entristecen o adormecen con el alcohol, ya que como mencionábamos antes, los efectos de la droga en cuestión tienen que ver con: las propiedades de la droga, las características personales y el contexto o circunstancias en las que se consume.

2-En segundo lugar, los consumidores habituales y los adictos atraviesan un proceso en el que, al comienzo, la droga se toma porque produce placer, mientras que con el tiempo, se hace para evitar el malestar que genera el no tenerla. (Es lo que los psicólogos denominan Refuerzo positivo y Refuerzo negativo.) Por lo que el placer sólo se da en los estadíos iniciales o "fase de luna de miel".


Las drogas te ayudan a superar estados de ánimo negativos...


Muchas personas consumen drogas cuando están aburridos, sin nada qué hacer, desmotivados, tristes, sin ilusión, apáticos... Puede que estos estados sean muy leves como para que os hayan llamado especialmente la atención o como para que seais conscientes de lo que estais sintiendo.

Pero puede que esa sensación de aburrimiento o de falta de ilusión sea la punta del iceberg de un fondo de tristeza, que no acaba de emerger a la superficie, pero que está ahí y a la que os habeis acostumbrado, es decir, pensais que es normal sentirse así. Con esto no os queremos alarmar.

El aburrimiento y la tristeza forman parte de la vida, incluso de una vida feliz, es imposible estar alegre todo el tiempo, pero si notais que este estado es permanente o muy frecuente en vosotros, ya estamos hablando de otra cosa.

Lo que si os decimos es que las drogas no van a solucionar estos estados, es más, a la larga los empeoran, los hacen más intensos.

Si la droga cumple para ti una función de automedicación, es preferible que acudas a un profesional, el cuál podrá ayudarte realmente.

En esta vida hay que estar alegre todo el tiempo...


Ésta es otra creencia que está relacionada con lo que acabamos de hablar y que aprovechamos para matizar lo antes escrito. Vivimos en la era del hedonismo.

Esto quiere decir que nuestra sociedad pretende alcanzar el placer todo el tiempo y no sentir la más mínima frustración, la más mínima incomodidad, la más mínima espera... El riesgo de esta creencia implícita, que todos tenemos, porque formamos parte de esta sociedad, es que cuando aparece una pequeña frustración en nuestra vida, tipo "no me gusta la música que ponen en los locales de marcha a los que voy" o "no consigo ligar" o "me aburre el plan"... no lo aceptamos como algo normal, que tiene que formar parte de nuestra vida y nos exigimos sentir la diversión o la alegría que no obtenemos por nuestros propios medios.

No tenemos que ser felices todo el tiempo, es utópico, como tampoco tenemos que pasárnoslo bien todos los fines de semana que salimos, ni aguantar hasta las seis u ocho de la mañana, incluso es perfectamente normal que a alguien no le guste salir de marcha. Así que nuestra sugerencia es que seais fieles a lo que realmente sintais y no recurrais al consumo para cumplir estos dictados que nos impone nuestra sociedad, sometida a la búsqueda constante del placer.
Los ex-adictos pueden volver fácilmente a consumir ocasionalmente
Es de sentido común pensar que exponerse directamente al estímulo (droga) al que la persona se ha hecho adicta, incrementa notoriamente las posibilidades de recaer. Y esto supone para la persona empezar otra vez desde cero.

Actualmente, existen dos diferentes posturas, que tratan de responder a esta pregunta: mientras unos creen que los ex-adictos no pueden volver a consumir nunca, otros creen que, si bien es una tarea difícil, se podría llegar a establecer una relación controlada con la droga después de haber sido adicto, pero que, no obstante, no todo el mundo está capacitado para lograrlo.
Consumir drogas me hace interesante, rebelde, mayor... a los ojos del sexo opuesto...

Muchos fumadores/as de tabaco empezaron porque creían que iban a resultar más atractivos, más adultos, con más estilo... Hoy en día, los fumadores son rechazados en algunas sociedades y en la española están siendo cada vez más marginados. De hecho, lo habitual es que sólo a los fumadores no les importe que su pareja fume.


Lo mismo sucede con otras drogas, a los que las consumen puede que no les importe demasiado que su pareja también lo haga, pero puede que llegue un momento en que uno de los dos decida dejarlo o reducirlo, mientras que el otro no y, entonces, esto se convierta en una verdadera fuente de problemas y sufrimiento.

También, se ha observado que muchos consumidores/as prefieren establecer una relación con un chico/a, que no consuma nada, como un elemento protector hacia un posible descarrilamiento, futuro abuso o adicción. Otras personas ven, en cambio, más atractivo, el que una persona demuestre su propio criterio sin dejarse llevar por el grupo de consumidores, porque lo perciben como "fuerza de carácter".

Así mismo, lo que a una edad más temprana puede percibirse como un acto de rebeldía, puede llegar a verse como un acto de inmadurez a una edad más avanzada, especialmente en la etapa en la que uno se está planteando formar una familia.

Recuperarse consiste en desintoxicarse y lograr la abstinencia...

La desintoxicación y la abstinencia son pasos necesarios dentro del proceso de la adicción, pero no garantizan la curación.

El adicto tiene que reconocer su problema, admitirlo y actuar en consecuencia. Además de un paso a la acción tiene que existir un cambio en el pensamiento y dejar de negar lo que es evidente para los demás.

El adicto también tiene que sentir el deseo de dejar de serlo. La familia, pareja, amigos pueden ayudar, pero la motivación para el cambio la tiene que tener él o ella.
Las recaídas son un fracaso total...
No, no lo son, sólo has metido la pata y ahora tienes que sacarla. Las recaídas forman parte del largo proceso que supone romper con una adicción.

En lugar de venirte abajo y pensar que nunca lo vas a lograr, utiliza la recaída como un elemento de aprendizaje para analizar qué factores la provocaron. Es decir,... fue por haberte tomado una cerveza, a la que siguió otra (mientras pensabas "total sólo son cervezas" ) y después otra, luego te pediste una copa...y acabaste pillando un gramo.

Pues si éste es tu caso ya sabes lo que debes evitar para la próxima (beber alcohol)... O tal vez, sea porque te has reunido con tus colegas, habeis pillado un par de pelis, uno se hace un porro, lo pasa y tu no sabes decir que no. Pues en tu caso, has aprendido algo muy importante, te cuesta resistir la presión de grupo y tendrás que trabajar sobre ello. O bien aprendes a resistirla, o quedas con tus colegas cuando sepas que no se va a fumar (por ejemplo, para practicar algún deporte), o si la primera y segunda opción son inviables, tendrás que dejar de ver a tus colegas. Tu decides.

Uno elige ser adicto...

Uno elige, más bien, probarlo, experimentar con esta droga o aquella, saciar su curiosidad. Lo que sucede es que mientras uno va justificando su comportamiento con frases tipo "sólo son algunos fines de semana y es muy poca cantidad", "la marihuana es buena, porque se la recetan a pacientes con cáncer", "todo el mundo lo hace", "soy joven y es mi etapa para hacer locuras", etc., etc., etc., el tiempo va pasando, el consumo ha aumentado, las excusas van siendo más difíciles de creer y, sobre todo, de dar, uno ya sólo se relaciona con gente que consume, ahora en vez de gustarle, lo necesita y su pensamiento, ilusión y comportamiento están empezando a girar sobre lo mismo...y te has convertido en un adicto/a, aunque, en su día, sólo elegiste probarlo.

Preguntas frecuentes sobre la COCAINA...

Hoy en dia se puede conseguir cocaina de alta pureza (en torno al 70% de cocaina y el 30% de adulterantes)


La cocaína es una droga estimulante del sistema nervioso central, concretamente del sistema dopaminérgico. Su fórmula química es C17H21NO4

Se extrae de la hoja de
coca, una planta originaria de Sudamérica que es usada por los indígenas para inhibir el hambre, la sed y el cansancio. Combate también el mal de altura, el dolor de encía, dolor estomacal, y otras tantas dolencias. Existe la creencia popular de que la hoja de coca es una droga, pero no lo es. De hecho, el efecto alucinógeno de la cocaína se debe a la mezcla de un derivado de esta planta con un derivado del petróleo. La hoja de coca no es ni contiene droga en ninguna cantidad.

Los porcentajes de pureza de las diversas drogas son cambiantes, así que las afirmaciones sobre la pureza deberían serlo también. Lo que hoy es cierto podría no serlo dentro de meses, y tampoco hay que olvidar que existen grandes diferencias entre regiones y entre los porcentajes de alijos grandes y papelinas callejeras. Por otra parte, más que de pureza o de precio hay que establecer una relación pureza/precio, porque uno solo de ambos factores no dice nada. En cualquier caso, y atendiendo a lo que indican los informes oficiales más recientes y los análisis que llevan a cabo organizaciones como Energy Control (y más concretamente Eduardo Hidalgo, que ha publicado varios excelentes trabajos sobre este asunto en la revista Cáñamo), por ahí andaría la pureza media, quizás tirando más hacia el sesenta por ciento.


¿Qué se entiende por adulterante activo, adulterante inactivo y contaminantes?

Adulterante activo: Son sustancias que tienen como finalidad aumentar la cantidad del producto, producir un efecto más potente y/o hacer el producto más atractivo a los ojos del consumidor.


Adulterante inactivo: En este caso, estas sustancias no provocan ningún efecto colateral inmediato. Su utilización es menos frecuente. Pueden servir para aumentar el peso. Por ejemplo, lactosa, sacarosa, lidocaina, (anestésico, adormece la boca) manitol (laxante).

Contaminante: Son subproductos de una manufactura defectuosa. En el primer paso del proceso de elaboración del clorhidrato de cocaína (cocaína esnifada), el que va de la hoja de coca a la pasta base, es necesario utilizar un elemento alcalino que puede ser cal o bicarbonato o cemento. 

Esto no implica que el cemento (o el queroseno, o el ácido sulfúrico, o la acetona) forme parte del producto final (el clorhidrato de cocaína), pero cabría destacar que, en el caso de la pasta base, los procesos caseros de fabricación suelen dar lugar a una mayor presencia de contaminantes.
Los adulterantes son más peligrosos que la cocaína en sí 


Datos referentes a España...

Es bastante lamentable que profesionales con larga experiencia en drogas afirmen que los adulterantes más frecuentes de la cocaína son: cafeína, efedrina, teofilina, anfetamina, metanfetamina, LSD, codeína, anestésicos locales como la procaína, bicarbonato, quinina, aspirina, paracetamol, ketamina, incluso yeso.


Frente a este batiburrillo, los análisis oficiales españoles indican que los adulterantes activos más frecuentes son la cafeína, el paracetamol y la fenacetina, mientras que la efedrina apareció por última vez en 1996 y la anfetamina, el LSD o la ketamina no lo han hecho nunca.

Entre los adulterantes que emulan algunos de los efectos de la cocaínas se han hallado anestésicos locales (lidocaína y procaína) y laxantes (manitol). Entre los cortes inactivos cabe destacar la lactosa, el inositol, la glucosa y la sacarosa. Todo lo demás (las drogas ilegales citadas, los insecticidas, el vidrio molido o el yeso) pertenece a la leyenda.

¿Qué adulterantes son los más dañinos? 


La fenacetina se retiró del mercado español hace quince años por hepatotoxicidad y daños al feto, y es uno de los adulterantes que más aparecen en los análisis. 


También puede aumentar los riesgos la combinación de dos estimulantes, como son la cocaína y la cafeína. En el caso del uso intravenoso, todo lo que no esté pensado para administrarse por esa vía puede causar problemas.

Los proveedores o "camellos" suelen darle cocaína más pura a las personas con un historial más largo de adicción, mientras que engañan a los más novatos en el consumo 


Formulado así, esto suena parecido a la vieja leyenda inversa (los camellos empiezan pasándote sustancias puras para luego venderte un producto cada vez más adulterado), pero las cosas no son tan simples.


 Algo de cierto hay, sin embargo, puesto que todos los análisis indican que la cocaína de mayor pureza es la que se comercializa en los poblados, mientras que muchos consumidores, que acuden a camellos supuestamente selectos pagando mucho más, están llevándose material que a duras penas supera el cincuenta por ciento de pureza.

 Una posible explicación es que por cuántos más intermediarios pase, más riesgo existe de que la vuelvan a cortar y, por consiguiente, se reduzca la calidad.
Por ello, en los poblados puede hallarse entre una pureza del 60-70% y en la calle, raramente, supera el 50%. 

Por otro lado, en cuanto a la adulteración en los poblados es sabido que muchos de los consumidores que acuden a éstos utilizan la vía intravenosa, sea con cocaína sola, sea mezclada con heroína ("speedball"), sin olvidar que el riesgo de una reacción adversa es mucho mayor con este método de administración y a los camellos les interesa que los clientes sigan acudiendo, no que mueran de sobredosis. 


La pasta base es más tóxica que la cocaína 


La pasta base causa daños al pulmón que no se presentan en el caso del clorhidrato, más apropiado para la administración inhalada e inyectada. Por otra parte, es más adictiva por varias razones: la menor duración de los efectos, su mayor intensidad y por ser más rápida la vía fumada.

Además, en su proceso de fabricación es más frecuente encontrar impurezas como metales pesados o, como en el caso del "paco", es un producto de desecho del clorhidrato. 

Desde este punto de vista, sí podríamos decir que es más tóxica, si bien la sobredosis mortal sería mucho más frecuente (por no decir exclusiva) en el caso del clorhidrato inyectado, especialmente con el "speedball" (mezcla con heroína), que aumenta notablemente el riesgo de muerte por paro cardiorrespiratorio.