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Como debe actuar la familia para no alargar el proceso de recuperación de un adicto

Si te han condenado a ser espectador, o espectadora, no creas que has perdido la batalla. Nada se pierde, si tú no te rindes…

Esta actitud y estos consejos, ante todo son de auto-protección para los componentes de la familia. Teniendo en cuenta que la convivencia con un adicto se hace insostenible para la familia y el propio adicto.
Pero hay que asimilar, que cuando coincide una adicción, con una patología mental como una esquizofrenia, o cualquier otra, entramos en el terreno de la PATOLOGÍA DUAL. 

Esta doble patología, actualmente es muy desconocida a nivel social, incluso por las propias familias de adictos, a los que se presiona hasta el punto de separarlos de la familia y abandonarlos a su suerte o en una proporción bastante elevada acaban por marcharse, condenados al vagabundeo, la marginación, la delincuencia, etc...


Hay estudios que demuestran que la adicción es una enfermedad cerebral y esto lo corrobora la SEPD (asociación española de profesionales e investigadores del campo de la salud mental). Profesionales reconocidos, dentro y fuera de nuestras fronteras.


Por el momento en este país, no hay un protocolo claro aplicable a este colectivo que padece esta doble enfermedad, ya que hay dos redes de tratamiento paralelas, la psiquiátrica por un lado y las comunidades de desintoxicación por otra, no se escuchan, no se tocan, y mientras tanto los afectados van de una red a otra sin poder recuperarse, como los describe la SEPD "son pacientes de la puerta equivocada".

 Os dejo el enlace de la web oficial y un correo electrónico para que contactéis conmigo y con la asociación de familias de afectados de esta patología que estoy poniendo en marcha, solo nosotros podemos cambiar esta situación, comprendernos y apoyarnos. 


Además si las familias nos unimos, podremos cambiar esta nefasta realidad para esa inmensa cantidad de personas afectadas de drogodependencia, que en estos momentos no tienen futuro y están abocados al desastre. 


e-mail:familiasPdual@gmail.com
web: familiaspatologiadual.es

Actitud de la familia:

En la mayoría de familias de un adicto a las drogas o el alcohol se desencadenan una serie de alteraciones, a nivel emocional, que casi siempre desestabilizan el núcleo familiar.
Cuando se descubre que un familiar o amigo es adicto a las drogas; Lo primero es admitir que ésta persona es dependiente a alguna sustancia, no esconder, o negar la problemática, ya que ésta actitud, no conduce a nada positivo.

En segundo término, hay que intentar que el adicto, reconozca “su problema”, y esto, no siempre es posible. A veces, es un largo proceso, lento y doloroso, pero hay que entender que “NO” podemos hacer nada al respecto, mientras el adicto, no comprenda, y reconozca que debe abandonar el consumo.

A ésta resolución suelen llegar tarde, muy tarde a veces, y casi siempre es cuando el propio dependiente, hace una valoración, de pérdidas y ganancias. Cuando lo ha perdido casi todo, familia, trabajo, amistades, estatus…

En esto, la familia juega un papel muy importante, y muy duro. Debemos aprender, que la sobre-protección y la negación del problema, alargan el proceso de recuperación voluntaria en el adicto.


Hay que poner en práctica el “amor duro”. Con esto quiero decir, que hay que mantenerse muy firme, en que el adicto, tiene que llevar a término el tratamiento, y que en ningún caso será admitido de nuevo en el seno familiar si hay consumo. Y en el caso de recaída habrá de volver a empezar de nuevo el tratamiento.


Uno de los problemas más serios que deben enfrentar los familiares son las intensas y frecuentes manipulaciones que reciben del adicto.

Por otra parte se distorsionan los sentimientos del grupo familiar generándose en algunos sobre-protección, rabia, angustia, temor todo lo cual favorece en uno o varios miembros del grupo el fenómeno de la co-dependencia.

Hay que entender, que cuando un sujeto ha desarrollado un cuadro de adicción a cualquier sustancia; La consecuencia es, que la psicopatía, queda como crónica, llevando a veces al individuo adicto, a desarrollar conductas sustitutivas de su adicción; Es decir, que puede volver a ser adicto a otra sustancia, al trabajo, al sexo, el juego, o a personas cercanas...(El cuadro de dependencia, se puede volver a repetir).

Debemos de valorar, "y mucho", el tiempo que nuestro familiar se mantenga abstinente.
Se ha señalado que el éxito del tratamiento en Comunidades Terapéuticas y en los grupos de auto-ayuda se debería al hecho de que se lleve a cabo una re-educación de la familia del adicto. 


La manipulación, es uno de los síntomas más característicos del adicto, y consiste en despertar en el interlocutor (por lo general un familiar, un amigo, compañeros de trabajo o incluso el terapeuta), ciertas emociones de protección, lástima o comprensión, que lo lleven a obtener su deseo de mantenerse en el consumo y evitar las consecuencias de sus actos y las responsabilidades que ello implica.

Resulta impresionante comprobar como esposas, por ejemplo les consiguen drogas a sus cónyuges, para evitar que saliera a buscarlas, o en algunos casos llegan a consumir parte de la droga para “disminuir” la cantidad final que consumían.


Lo primero que se debe identificar en nosotros mismos, como persona muy involucrada afectivamente es, el rasgo o debilidad principal, para evitar la manipulación  o desarrollar una co-dependencia.


Los familiares deben de identificar diferentes formas de manipulación a la que estaban sometidos por los consumidores.

Esta identificación concluye la manipulación que se genera previamente al ingreso al tratamiento, permitiendo evitar un gran porcentaje de abandonos.

La familia ha de efectuar un cambio rotundo de actitud, y que sea la persona adicta, la que enfrente las consecuencias de sus actos, y perciba que no tiene la opción de seguir manipulando a la familia.

La forma en que los residentes de un Programa dan diferentes excusas en las primeras etapas del tratamiento para abandonarlo y retirarse.

Se mencionan frases como:


"Me tratan mal", "No me dan comida", "Me piden hacer aseo y cocinar", "Me roban las cosas", "Esto no es para mí", "Yo no estoy tan enfermo como para quedarme", "Ya es suficiente, aprendí la lección", "Pierdo el tiempo".


La actitud de los familiares que ante una amenaza de abandono del tratamiento por parte del residente, ha de manifestar una actitud firme en el sentido de no aceptarlo y de no apoyarlo. Esta actitud debía ser tan firme como para que el residente tuviera claro que su familia no lo aceptaría en su hogar salvo que terminara su tratamiento. Este trabajo permitira evitar un importante porcentaje de abandonos.
Diferentes emociones se destacan: Pena, lástima, dolor, tristeza, rabia, culpa, desconfianza y temor.

En las etapas previas al ingreso del residente en muchos familiares se da una actitud de sobreprotección, ansiedad y temor a que se produzca el abandono del tratamiento.
Con el paso del tiempo en los períodos intermedio y avanzado del tratamiento, se da paso en los familiares a una sensación de tranquilidad y seguridad.
Cuando el residente está en las últimas etapas de tratamiento, nuevamente surgen en los familiares sentimientos de angustia y temor en especial ante la posibilidad de recaída.

Los temores han de ser analizados. Y sería bueno, y aconsejable, escuchar testimonios de familias que hayan pasado ya por esa experiencia.
En esta etapa se manifiestan emociones y sentimientos que son comunes a la mayoría de las familias: confusión y ansiedad, temor al juicio social y familiar, sensación de fracaso como padres o como pareja y temor a enfrentar los problemas.


Estos sentimientos, son muy normales, y hay que intentar vivir con ellos. Pero siempre se ha de valorar "el juicio sociál" ya que hay una inmensa cantidad de personas, que por no haber padecido éste problema, confunden el término de adicto, con delincuente, o simplemente los ven como personas viciosas y "no enfermos".

Solo son enfermos, y se debería de dar mas información sobre el tema.
Por lo que desde aquí, y junto con la fundación Catalana de Ayuda al drogodependiente, se pretende ejercer presión, para mejorar la asistencia de éstos enfermos, y empezar a verlos, como lo que son realmente"enfermos", y procurarles la ayuda necesaria.

Sólo hay que imaginar por un instante, que nuestra pareja, nuestro hijo/a, nuestro mejor amigo/a, o nosotros mismos, podríamos haber caido y enfermado.

Los familiares de un adícto/a sufren iguál que la familia de un enfermo de cancer; el no saber, el no poder hacer nada, la impotencia: Todo ésto, nos demuestra de nuevo que tan solo son enfermos, y que hay curación posible, (en la mayoría de casos, con secuelas) ya que la adicción, es una psicopatía crónica y de eféctos muy destructivos sobre el cerebro ú otros órganos, como el hígado, en un adícto al alcohól.

Cuando comprendes el problema y compruebas que ya lo has hecho todo, no te queda nada mas que hacer, piensa que continuar dándote golpes contra la pared, solo te daña a ti y al resto de tu familia.


Este  proceso es tremendamente doloroso, pero es la decisión correcta.
Llegado este punto, si es preciso, busca ayuda profesional para poder llevarlo a cabo.
Si tu familiar no empieza a reconocer y a querer curarse, no hay nada que hacer y seguir financiando su adicción alargará aún mas el proceso de curación.

Debemos reconocer y poner en práctica el amor duro, y saber que nuestro familiar adicto ó ex-adicto, es el único responsable de su vida, conductas, y consecuencias.

Tu recompensa llegará cuando empieces a mirarte de nuevo, recuperes tu autoestima, tu vida y tu espacio...




Gracias por leerme, y si en algo te he ayudado...Bienn!!!, déjame algún comentario o una duda que puedas tener, lo abordaremos próximamente...

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